- Mira,...
Y él agacha la cabeza y la mira a los ojos. Ella se pierde en sus ojos azules. Por un segundo parece que todo se detiene. Y ella pone lentamente la palma de su mano encima de la de él. Entrelaza sus dedos. Y observa sus dos manos juntas. Sonríe. Y lo vuelve a mirar a los ojos. Y ve que él mira sus dos manos también y le devuelve la sonrisa.
- Ves, no es tan difícil. ¿No sientes nada?
Se piensa la respuesta unos segundos y la mira a los ojos.
- No...
Entonces en un acto de miedo ella retira su mano y la esconde tras su espalda. Y el retira la mirada en busca de esa mano. La rodea con sus brazos y vuelve a entrelazar sus dedos. La mira a los ojos.
- No vuelvas a hacerlo más, ¿vale? No me sueltes nunca de la mano.
- Pero tu has dicho que...
- Lo único que siento ahora es que no quiero que te vayas de mi lado.
Y él agacha la cabeza y la mira a los ojos. Ella se pierde en sus ojos azules. Por un segundo parece que todo se detiene. Y ella pone lentamente la palma de su mano encima de la de él. Entrelaza sus dedos. Y observa sus dos manos juntas. Sonríe. Y lo vuelve a mirar a los ojos. Y ve que él mira sus dos manos también y le devuelve la sonrisa.
- Ves, no es tan difícil. ¿No sientes nada?
Se piensa la respuesta unos segundos y la mira a los ojos.
- No...
Entonces en un acto de miedo ella retira su mano y la esconde tras su espalda. Y el retira la mirada en busca de esa mano. La rodea con sus brazos y vuelve a entrelazar sus dedos. La mira a los ojos.
- No vuelvas a hacerlo más, ¿vale? No me sueltes nunca de la mano.
- Pero tu has dicho que...
- Lo único que siento ahora es que no quiero que te vayas de mi lado.
La realidad a menudo es radicalmente distinta a como uno cree que es. Las personas no siempre son lo que aparentan ser, ni las relaciones, ni mucho menos los sueños. Pero esa realidad es la que se encarga de poner a cada uno en su sitio.
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